De Papel A Celuloide

Hay razones que no entendemos, como tambien hay momentos que no olvidamos. No me explico como una persona tan maravillosa no sea descubierta por el mundo. ¿Será que todos estan ciegos? A mi parecer lo están. Hasta hoy, soy capaz de sentarme a contarte lo maravilloso que suena un cigarrillo al quemarse, lo gracioso que es un domiciliario haciendo muecas con casco, lo perezoso que puede llegar a ser un despertador a las 6 de la mañana, lo grandioso que fue George Eastman, el reconocido hombre de momentos. Hasta ayer, fuí capaz de pararme a abrazarlo para que jamás nos fueramos a olvidar, apareciendo una luz que invadió el cuarto. Que luz tan rara, pero que dibujo tan hermoso el que se desplegó en las sombras. Poco a poco una sacudida nos trae al mundo real, plasmando nuestra imaginación tal y como lo habiamos soñado. Sonidos, risas, momentos van apareciendo mientras el unicolor se transforma en figuras y siluetas, ansiando ver y si se puede... volver a sentir. Esta vez, no voy a decir quien es este hombre, pues al fin y al cabo creo que son lo suficientemente desocupados como para leer esta filosofada como para buscar quien es George Eastman, el hombre de momentos. Así, quise ponerle yo. Tengo rabia de no haber tenido un rollo de cordura en el momento que comimos, bailamos, susurramos, y me emborrache gritando a todo el mundo que te adoraba. No se por qué, pero te estoy extrañando. No se por qué, pero me esta gustando esto de extrañar. Quiero sacudir el tiempo con luz roja para verte ahora, quiero darme la oportunidad de volverme aficionado. Compartir mi vida en momentos, revelarme en un segundo. Uauu! miro lo que he escrito y veo la influencia que ambos han tenido en mi vida. El, por enseñarme a vivir cada momento como un niño. Ella, por no haberme soltado a pesar de estar cansada de sacudir. Juré llamarte después de terminar esto, y como dijo un hombre sabio:

"Ya hice mi trabajo, ¿por qué esperar?"

George Eastman