martes, mayo 30, 2006

Leescribe

Hace poco navegué por varios planetas donde no se habla, sino se escribe. En realidad, solo existen dos en la Gira Gráfica (Galáxia situada en Locksoul), pero me parecieron tan impresionantes que decidí parar a verlos por un rato no muy largo. Para adelantarles el final, no me quedé como siempre. Más descubrí una parte del alma encasillada en la retroalimentación de las personas que conviven allí. Cada cosa que escriben, sea para ellos, para el mundo, para alguien, para algo, para bien, para mal, para elogiar, para criticar, para odiar, para amar; en todos los casos, era para una razón. Todo lo que escribían salía de alguna parte, y no siempre era para comunicar. Aún así, esa partida esperaba siempre una llegada. Esperaba y esperaba una o dos palabras de alguna parte. Eso es el poder de la llegada y la partida; siempre se esperan en ambas partes. Nunca pensé lo importante que podría llegar a ser otras palabras de otro lugar para abrir otra puerta hacia la otra alma. Es otro el que tiene que abrirla, uno solo la enseña. Miraba a todos con esa espera en sus caras, con una sonrisa por más triste que fuera el escrito. Uno siempre sonrie, no importa quien ni como, esperando la llegada de su partida. Muchas personas no entienden (como si sucedía en estos dos planetas), lo importante de recibir así sea un minuto del tiempo de ese mundo que nos rodea. Todo sale de adentro y tiene que llegar de afuera. Esto lo aprehendí y lo pondré en práctica, cada vez que pueda. Porque muchas veces no son las críticas las que construyen puentes, sino los puentes los que construyen críticas.
Todos comentodos los días, unas pocas frases de la vida. Todos comentantas vainas que no se dejan de mirar. Todos comentarde, pero descubren lo maravilloso que llego a ser esas palabras en su momento. Todos comentodavía millares de historias sin darse cuenta que hasta las fábulas, suceden a nuestro alrededor. Pero como todos comen, todos deben comentar.
Gracias a estos dos planetas, por enseñarme a leescribir.

sábado, mayo 20, 2006

Me vuelvo a mover

Me hacen falta razones para escribir. Ultimamente, no he visto personas moviendose por la galaxia. Podría interpretarse de mil maneras. Sea estadística, sea locura, sea incomprensión. Sea lo que sea, pero que sea algo; sin razones ya no hay sentimiento. Por mi parte, creo que es miedo. Miedo de tenerse que enfrentar con personas y monstruos que los revisan y regañan en todo momento. A mi me regañaron por dejar de viajar, pero no es por eso que quise emprender otro viaje. Me encuentro suspendido en una nebulosa rarísima, donde ni siquiera el blues me toca. Es más, me siento invencible. Será la imbecibilidad de las personas lo que no hacen que viajen, por la galaxia... sea lo que sea, pero que sea por algo; sin razones ya no hay movimiento. Aún todos mis poderes, me siento indefenso, como si estuviera siendo visto por la nada. Me hace falta espectáculo, me hace falta una razón para moverme. Gracias Giussepe Verdi, por darme la oportunidad de encontrar miradas en lugares increíbles. En todo caso, me hacen falta los animales que aparecen en las canciones de Disney. Ellos si que hacían reir hasta a una bestia. Será por no encontrarse con la soledad lo que hace que las personas se queden en sus casas con ella. Sea lo que sea, pero que sea por algo; sin un poco de compañía ya abrirán más reuniones en grupo. Aquellos que tienden a regalar la misma canción al universo, estan dispuestos a ser recordados por distintos planetas. El problema es cuando las estrellas se desilusionan al no poder encontrarle dueño a millones de testimonios. Si una gata o una canción son dueñas, son tocadas por distintas notas. Será la diferencia de momentos lo que hacen que se queden en rincones oscuros. Sea lo que sea, pero que sea por algo; sin pasado ya no habrá momentos recordados. Te extraño, en todo momento. No se por qué motivos ni emociones, pero te extraño. Aunque no se siente lo mismo, lo siento. Siento haberte hecho daño, perdido, desesperarte, llorar, reir. Miento. De esto último no me arrepiento. Soñé demasiado, que no pude ver la realidad del asunto. Será por soñar tanto lo que me hizo paralizarme todo este tiempo, sin encontrar razones para escribir. Sea lo que sea, pero que sea por algo; sin algo ya no hay elementos.

miércoles, mayo 03, 2006

Gracias, Destino

Se vieron un tiempo, y luego se reconocieron. Hacia más de tres años no se miraban, pero para ellos era como una eternidad. Nunca se hablaron en el pasado, ni mucho menos fueron grandes amigos. Aún así, cuando se vieron, sintieron que habia algo que los unía. No era una poesía de estar vivos en el mismo lugar, como para decir que fue algo grandisioso lo que los acercaba; como tampoco puedo contar de un deseo carnal, porque en realidad son totalmente distintos (aunque con algunas similtudes). En este caso, podemos hablar de que lo raro o distinto, es algo peligroso, sobretodo para sus vidas. Lo raro, es que tomaron millones de vías para acercarse, pero no fue hasta el final, que escogieron la correcta. No voy a hablar de lo que esta pasando, sino de lo que sucedió hace unos pocos relojes. Ustedes, harán el final de la historia como les parezca, pero eso sí... solo ellos decidirán que harán con el resto de sus vidas. Hace un rato, el la estaba mirando y consintiendo en el mismo lugar donde ella rie como si tuviera 2 años. El pudo haberse quedado así el resto de su existencia, pero afortunadamente ella le solto unas palabras que lo pusieron no solo cómodo, sino en un vuelo profundo. "Estas cómodo?" y sonrió. El la miró besandola. Solo se le ocurrió preguntarle: "Cuanto tiempo me vas a dejar quedarme colgado en ti?" Y esperó respuesta, sin importar cual fuera. Ella lo miró besandolo. Fue en ese momento, donde paro su paranoia de creer que ella lo dejaría; que por cierto le habia durado 24 horas. Se abrazó más fuerte a ella y, respondiendolé, lo acogió en su corazón. Después de un largo rato (que para ellos fue como 5 segundos), se quedaron mirando fijamente. Fue una mirada donde se involucró cada parte de sus cuerpos. Supieron las diferencias entre ambos, convirtiendo defectos en razones para amarse. Esa mirada los trajo a romper frases célebres y demostrar que no hay poesía perfecta para igualar ese momento. Una mirada donde los llevaría al mayor descubrimiento de la naturaleza y el universo existente: El primer beso no se da con la boca, se da con los ojos (A.H). Por eso, es que no vemos micos mirando bonsais.