martes, febrero 12, 2008

Última carta al naufrago

Se me alborotó la sonrisa amiga y por eso sonreí. No encontré un motivo para acercarte, más simplemente te sonreí para dejarte ir. Es mejor que te vayas, ya que no quiero llegar a influir en tu futuro, que no me necesitaras más a mi. Aseguro, con cada cuerda de mi piel, que será lo mejor para los dos esos nuevos caminos que nos esperan lejos de aquí. Es un mar de oportunidades, un grano de sal de momentos, una profundidad de sonrisas y una vida de colores entre la marea de los sueños.
Por todo eso, es que se que todo saldrá bien. Te deseo lo mejor para el futuro y la mayor de las alegrías para el presente. Viajamos hasta donde pudimos, cantamos cuando descubrimos el fuego, volamos cuando debimos y regresamos cuando los dolores de muelas siempre aparecían. Estuvimos juntos un largo viaje y yo viajaré a otro lugar.
Desde los movimientos de cada marea te digo si a un pronto regreso y muevo mi mano para dártela cuando la ola vuelva a su lugar.

Wilson.