Factolycita Por Llegar

Hace una semana, me encontré con un viejo amigo que no veía hace rato. No quiero revelar su nombre, pero su raza es muy distinguida: Factolyciticos. Para aquellos que no conocen estas "criaturas", son muy parecidos a los humanos, solo que solamente tienen una cara y las extremidades salen de su cara. Este gran amigo, se me sentó en la banca y me saludó con gran cariño. Me encantó verlo y sentirlo tan contento de verme. Yo, que tan solo iba a llevar a un pasajero, decidí quedarme a charlar con el. Nos levantamos de la espera y decidimos caminar largo rato hasta situarnos al frente de un bar, que no entramos porque mi amigo estaba purgandose. Con una canción de Acid Jazz Album de fondo, comenzó a relatarme un problema que lo aturdía y que necesitaba de un consejo de alguien más viejo que el. Ese dato tambien es importante: Este ser, es menor que yo y me considera un "juguetano" (Simboliza un hermano que no es de sangre, en el planeta de él: Ciachudo 3-VM). Lo que le sucedió fue que tuvo su primer beso con otra mujer distinta a la que su padre le había ordenado casarse, y para terminar el cliché, estaba pensando en volarse con ella, pero al parecer, ella no aparecía. Me contaba que cuando conoció a su futura esposa, no le llenó y huyó por tres facias (Puede ser entre un día y dos meses), hacia un pequeño pueblo que no recuerdo su nombre, pero rima con libertad. Se hospedó en un pequeño pero lujoso hotel, donde al estar fumándose un cigarro, una hermosa mujer de su misma raza le pidió candela. Después de hablar por largo tiempo, se besaron bajo el sol y en plena multitud donde nadie les puso atención. El ya la conocía, pero cuando se la presentaron era demasiado "pequeña" para su gusto. Hoy, la siente gigante. No la dejó de recordar jamás, pero si se tomó la responsabilidad de no pensarla, por su salud. Al terminar la historía, que en realidad duró más de 3 horas humanas ya que le preguntaba por cada detalle, se habian encontrado la noche anterior y el tenía fe de encontrarla hoy. La desgracia y la vida se encargaron de desilusionarlo para descubrir que esa mujer no era más que una cara sin rostro. Nada de lo que sucedió fue importante, y menos aún, las circustancias en las que sucedieron. Estuvimos ahí, hasta que nos dejó la lluvia y la gripa, sin contar el resto de amor que le quedaba y mi ilusión por ayudar a un viejo amigo a tener la felicidad que jamás había tenido. Se le acabaron las ganas y el tiempo. Hoy, lloré con el y con su esperanza. Menos bien, no estaba enamorado. "Por eso te llaman porvenir... porque nunca llegas"