Siempre he desconfiado de los cobardes. Correr sin piedad, caminar en la otra dirección, huir porque no, o cualquier otro motivo, nunca lo comprenderé. Lo he intentado en varias guerras y con uno que otro amor, pero al final me pregunto; y es que a la cobardía no le enseñaron a cuestionarse.
Alguna vez me dijo un pasajero que los héroes y valientes, eran aquellos cobardes que no habían volado lo suficientemente rápido. Por eso repudio con sabor a silla de bicicleta desconocida, tanta agilidad y manipulación que sale de sus cuerpos. Admito que en parte es envidia y en parte, me lo parten...
En otras palabras: siempre he desconfiado de los cobardes que huyen, para regresar.
2 comentarios:
Si corres en línea recta hacia el sur durante mucho tiempo, inevitablemente acabarás llegando al norte.
Aun así me (y te) pregunto: Cuál es el desgaste?
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