jueves, julio 02, 2009

A la hora de la cena

"Hay un espacio para todo" decía mi mamá cuando me ponía a jugar con los cubiertos en la mesa. "Sea para comer, jugar, comportarse o amar, hay un momento exclusivo para hacer las cosas pues, de lo contrario, estarías incomodando a la gente con la que compartas tu espacio o, de ser el caso, a ti mismo" continuaba mientras me quitaba los cubiertos de mis manos.
Hoy, entiendo lo que me quería decir. Si estoy en una reunión con personas importantes no puedo hacer ninguna cochinada o si estoy en un café leyendo, es mejor no leer en voz alta. Se trata de disfrutar sin incomodar.
Mi mamá no me enseñó el problema que surge cuando el espacio de uno se vuelve el espacio de dos. Y la otra persona no está. Y la incomodidad invade con cada segundo que va pasando; pensando que quiere estar con ella y no con la aburrida soledad.
Por eso, mientras no está, yo juego con el tenedor y la cuchara a que están saliendo y van a comer sushi por la noche y se van a dar besos hasta que llegue la hora de irse a dormir o, en su caso, al lavaplatos.
Con el cuchillo es mejor no jugar. Me incomoda.

1 comentario:

PakikoP dijo...

creo que a ellos les podía pasar algo muy parecido... sólo que se aburrieron tanto de no jugar... que jugaron y no les importó mas naa

http://www.facebook.com/home.php?#/video/video.php?v=124420755760&subj=675900573