domingo, abril 15, 2007

A Las Grandes Antillas

Hay un plazo para todo. Un lugar para todo. Un cuento para todo. Unas palabras para todo. Un nada para un todo. Un cerdo para todo. Un juicio para todo. Un insulto para todo. Un todo para todo.
Si hay un algo para todo, ¿Qué pasaría si te pierdo a ti?
En realidad, me hará falta bailar y cantar como los indios de las Grandes Antillas. No necesito una amiga, necesito una familia. Necesito que dejes el orgullo y aprendas a perdonar. Mírame, aprendí a pedir perdón. Poco a poco, me doy cuenta que suelo ser un idiota; pero solo soy así porque tu me entiendes. Es raro, pero tu me conoces.

Areito, eres todo. No te me pierdas; de ser así habría nada de todo.

4 comentarios:

om dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Id dijo...

De pronto tus lectores te podemos perdonar a tí por perderte, por que po un momento se dejó de ver todo de nada en este Mundo Menos Acá.

PakikoP dijo...

Dice un viejo tango:

Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno.

Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor.

Y aunque no quise el regreso
siempre se vuelve
al primer amor.

La vieja calle
donde me cobijo
tuya es su vida
tuyo es su querer.

Bajo el burlón
mirar de las estrellas
que con indiferencia
hoy me ven volver.

Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.

Sentir
que es un soplo la vida
que veinte años no es nada
que es febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.

Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.

Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.

Tengo miedo de las noches
que pobladas de recuerdos
encadenen mi soñar.

Pero el viajero que huye
tarde o temprano
detiene su andar.

Y aunque el olvido
que todo destruye
haya matado mi vieja ilusión,

guardo escondida
una esperanza humilde
que es toda la fortuna
de mi corazón.

Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.

Sentir
que es un soplo la vida
que veinte años no es nada
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.

Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.

XXX... desde la estepa

nico dijo...

hacia falta vago!!