jueves, julio 13, 2006

El Cuarto Al Que Nunca Iré

Hace poco pasé por una plaza en las afueras de Florencia, Italia, Planeta Tierra y vi a un extraterreste demasiado particular: era alto y negro como una crayola. En mi vida de viajero, nunca habia visto un extraterrestre que fuera tan, pero tan, alto. Anonadado pero expectativo, me le acerqué y, sin haber pronunciado un saludo o siquiera una palabra, empezó a decirme: "¿Te imaginas un cuarto blanco donde todo pudiera suceder y pasar? No tendría muebles o rayones de mugre, pues no existiría nada más que los deseos puros de quien lo habita. Mucho menos tendría consecuencias, porque todo lo que hagas en el cuarto, se queda en la blancura de sus paredes. Sea bueno o malo, si le hará daño a alguien o no, no importaría porque cada deseo debería importarle a quien lo desea y ya. Eso si, no cualquier deseo se cumple porque si existe el wantalismo, que es cuando dos sueños no se ponen de acuerdo y nunca se pueden cumplir. Siempre sucede la mayoría de las veces, sobretodo en los niños pequeños. Es que un cuarto blanco sería la solución amorosa de cualquiera que desea entrar en el corazón de alguien que no puede por razones de la vida. Repito, si la otra persona no quiere, no se puede hacer nada; pero en la mayoría de esos casos siempre hay dos. Es un beso urgente, es un beso blanco. Es un beso que rueda hasta tal punto de convertirse en amor. No entiendo como las personas como ustedes no pueden hacer lo que quieran sin pensar en las personas que los rodean. Se niegan y hacen tantas cosas estúpidas para nada. Aunque no has pronunciado nada para refutarme, no quiero que lo hagas. No vale la pena. Al fin y al cabo no existe un cuarto blanco, porque si fuese así yo estaría para cambiarle el color. Gracias a ustedes"

1 comentario:

PakikoP dijo...

Espero,, no nos toque un dia, ir de mala gana...
eso seria peor, que solo ir.